miércoles, 27 de marzo de 2019

Evangelio del 27 de marzo. Miércoles 3º de Cuaresma.

Lectura del santo Evangelio según Mateo 

Mt 5,17-19


«No penséis que he venido a abolir la Ley y los Profetas. No he venido a abolir, sino a dar cumplimiento. Os lo aseguro: mientras duren el cielo y la tierra, no dejará de estar vigente ni una tilde de la ley sin que todo se cumpla. Por tanto, el que traspase uno de estos mandamientos más pequeños y así lo enseñe a los hombres, será el más pequeño en el Reino de los Cielos; en cambio, el que los observe y los enseñe, ése será grande en el Reino de los Cielos.»



No penséis que he venido a abolir la ley y los profetas. No he venido a abolir, sino a dar plenitud.
El gran Sermón de la Montaña abarca los capítulos 5, 6 y 7. Mateo ha prologado el sermón situándonos ante un solemne escenario: Viendo la muchedumbre, subió a la montaña, se sentó, y sus discípulos se le acercaron. Y tomando la palabra les enseñaba diciendo (v. 1).

Quienes ven y escuchan a Jesús tienen motivos para pensar que lo que pretende es hacer saltar por los aires la religión judía. No andan del todo descaminados; al fin y al cabo Él se presenta como superior a la ley y los profetas; los relativiza mucho. A pesar de todo quiere hacer ver que lo suyo no es destruir, sino construir sobre lo edificado.

San Pablo aprendió mucho sobre la ley y los profetas en su larga trayectoria de fervoroso fariseo. En sus cartas, especialmente a los Romanos, escribe cosas que esclarecen bien las palabras de Jesús. Por ejemplo: ¿Es que por la fe privamos a la ley de su valor? ¡De ningún modo! Más bien, la consolidamos (3, 31). El fin de la ley es Cristo, para justificación de todo creyente (10, 4). El que ama al prójimo ha cumplido la ley. Todos los preceptos se resumen en esta fórmula: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. La caridad es, por tanto, la ley en su plenitud (13, 8-10).

El seguidor de Jesús se equivoca si, para revitalizar la vida cristiana de personas o instituciones, recurre a la ley. El recurso es Jesús: Él y su Evangelio. Contemplemos hoy a Jesús sentado sobre la montaña; le contemplamos hasta quedar deslumbrados y fascinados por su persona.


Parroquia de Nuestra Señora del Carmen y Santa Teresa
Santander Cantabria
España 


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