jueves, 11 de abril de 2019

Evangelio del 11 de abril. Jueves 5º de Cuaresma.

Lectura del Evangelio según Juan 

Jn 8,51-59

«En verdad, en verdad os digo: si alguno guarda mi palabra, no verá la muerte jamás.
Le dijeron los judíos: 
Ahora estamos seguros de que tienes un demonio. Abrahán murió, y también los profetas; y tú dices: ‘Si alguno guarda mi palabra, no probará la muerte jamás.'¿Eres tú acaso más grande que nuestro padre Abrahán, que murió? También los profetas murieron. ¿Por quién te tienes a ti mismo? 
Jesús respondió:
Si yo me glorificara a mí mismo, mi gloria no valdría nada; es mi Padre quien me glorifica, de quien vosotros decís: `Él es nuestro Dios', y sin embargo no le conocéis, yo sí que le conozco, y si dijera que no le conozco, sería un mentiroso como vosotros. Pero yo le conozco, y guardo su palabra. Vuestro padre Abrahán se regocijó pensando en ver mi Día; lo vio y se alegró.
Entonces los judíos le dijeron: 
¿Aún no tienes cincuenta años y has visto a Abrahán? 
Jesús les respondió: 
En verdad, en verdad os digo: antes de que Abrahán existiera, Yo Soy. 
Entonces tomaron piedras para tirárselas; pero Jesús se ocultó y salió del Templo.» 


Os aseguro que quien cumpla mi palabra no sufrirá jamás la muerte.
Son palabras muy parecidas a otras que Jesús ha pronunciado en el discurso del Pan de Vida del capítulo 6. Por ejemplo: Éste es el pan que baja del cielo, para que quien coma de Él no muera (Jn 6, 50). Quien come el Pan bajado del cielo, quien guarda su Palabra, quien cree en Él, no conoce la muerte sino que tiene vida eterna. Podría sonar utópico; podría sonar incluso cínico en momentos difíciles. Pero si nos movemos, como siempre hay que hacerlo, en la órbita de la fe, es la pura realidad. Los creyentes tenemos vida eterna, vivimos el cielo en la tierra. Es consecuencia lógica de la conciencia gozosa de vivir en el seno del Dios-Amor, como el nonato en el vientre de mamá.

Vuestro padre Abrahán disfrutaba esperando ver mi día: lo vio y se alegró… Antes de que Abrahán existiera, Yo Soy.
No es de extrañar que los judíos piensen que Jesús blasfema. Es la tercera vez que Jesús usa el YO SOY: el nombre que Dios se da a sí mismo ante Moisés desde las llamas de la zarza (Ex 3, 14). Se sitúa a sí mismo por encima del tiempo. En el libro del Apocalipsis lo dice así: Aquel que es, que era, y que va a venir (Apo 1, 8). Por tanto, quienes nos unimos a Él, o nos adherimos a Él, o creemos en Él, nos situamos también por encima del tiempo: tenemos vida eterna.

Podríamos preguntarnos cuánto resplandece esta vida eterna cuando afrontamos las contrariedades de la vida; o, sencillamente, en nuestras tareas y conversaciones cotidianas.


Parroquia de Nuestra Señora del Carmen y Santa Teresa
Santander Cantabria
España 


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