Lectura del santo Evangelio según Mateo
Mt 19, 27-29
Entonces Pedro, tomando la palabra, le dijo:
«Ya lo ves, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido; ¿qué recibiremos, pues?»
Jesús les dijo:
«Yo os aseguro que vosotros que me habéis seguido, en la regeneración, cuando el Hijo del hombre se siente en su trono de gloria, os sentaréis también vosotros en doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel. Y todo aquel que haya dejado casas, hermanos, hermanas, padre, madre, hijos o campos por mi nombre, recibirá el ciento por uno y heredará vida eterna. Pero muchos primeros serán últimos y muchos últimos, primeros.»
Pablo VI declaró a san Benito (+547) patrón de Europa en 1964. Fueron los monjes de Benito quienes más contribuyeron, a lo largo de siglos, a fomentar la cultura del pueblo tras la caída del imperio romano. Dice el Papa Francisco: Si san Benito fue una estrella luminosa en su tiempo, tiempo marcado por una profunda crisis de valores y de instituciones, era porque aprendió a discernir entre los esencial y lo secundario en la vida espiritual, poniendo firmemente en el centro al Señor.
Mira, nosotros hemos dejado todo y te hemos seguido; ¿qué será de nosotros?
Pedro y compañeros tienen mucho que aprender sobre lo que significa seguir a Jesús. Han sido generosos dejándolo todo, pero esperan salir ganando. Lo vemos en el episodio de los hijos de Zebedeo que, apoyados en su madre, le piden los primeros puestos en su reino. Jesús necesita paciencia: ¡Que lentos sois para comprender! Sabe que mientras no tengan y asimilen la experiencia de la cruz no entenderán la exigencia más radical del seguimiento: El que quiera seguirme que se niegue a sí mismo. Las ambiciones personales continuarán después de la Resurrección: Señor, ¿es en este momento cuando le vas a restablecer el Reino de Israel? (Hechos 1, 6). Todos somos ambiciosos, todos ambicionamos gratificación; si no puede ser de afecto, que sea de palabra.
Los seguidores de Jesús, los cristianos, necesitamos liberarnos de nuestro ego para, como dice el Papa Francisco, estar cerca del que sufre, para servir, para curar, para limpiar, para vencer todo mal. Los seguidores de Jesús, los cristianos, aspiramos a vivir en la actitud cantada por un poeta místico: No me tienes que dar porque te quiera, - porque aunque lo que espero no esperara, - lo mismo que te quiero te quisiera.
Parroquia
de Nuestra Señora del Carmen y Santa Teresa
Santander Cantabria
España
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