Lectura del Evangelio según Juan
Jn 15,1-8
«Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el viñador. Todo sarmiento que en mí no da fruto, lo corta, y todo el que da fruto, lo limpia, para que dé más fruto. Vosotros estáis ya limpios gracias a la palabra que os he dicho. Permaneced en mí, como yo en vosotros. Lo mismo que el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid; así tampoco vosotros si no permanecéis en mí. Yo soy la vid; vosotros los sarmientos. El que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto; porque separados de mí no podéis hacer nada. Si alguno no permanece en mí, es arrojado fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen, los echan al fuego y arden. Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que queráis y lo conseguiréis. La gloria de mi Padre está en que deis mucho fruto, y seáis mis discípulos.»
Brígida nació en Suecia en 1303; murió en Roma en 1373. Fue dada en matrimonio a los 15 años y tuvo ocho hijos. Enviudó a los 40. Fue mística, escritora, fundadora de una Orden religiosa. Es patrona de Europa y de las viudas.
Permaneced en mí y yo en vosotros.
Permaneced. Le gusta este verbo a Jesús. Es que la vida cristiana consiste precisamente en eso, en permanecer en Él, como los sarmientos en la vid. Comenta el Papa Francisco: Un árbol no da fruto en un día, ni en una semana. Los frutos requieren su tiempo. ¿Qué significa permanecer? Permanecer es vivir en fidelidad a sus enseñanzas, a su palabra, a su persona. Es mantener una relación personal diaria de oración, una vida de caridad.
A todo sarmiento que da fruto lo poda, para que dé más fruto.
A todos nos toca probar momentos de poda a lo largo de la vida. A veces son breves. Pero suele haber en la vida un momento tremendamente penoso que los autores espirituales denominan NOCHE OSCURA. Es algo parecido a lo que probó Jesús en Getsemaní y en la cruz. Es algo mucho más atroz que el mayor de los sufrimientos físicos. Es lo que conduce al descubrimiento y aceptación de la cruz. Y a la libertad. Y es entonces cuando la vida del cristiano se hace más fecunda para los demás. Y no precisamente gracias a nuestras cualidades, sino gracias a nuestras carencias redimidas por la misericordia del Señor.
Los acontecimientos penosos de la vida, iluminados por la Palabra de Dios, van destruyendo poco a poco todo lo que se opone al amor. Así lo ha dicho Jesús: Vosotros estáis ya limpios gracias a la palabra que os he dicho.
Parroquia
de Nuestra Señora del Carmen y Santa Teresa
Santander Cantabria
España
Brígida nació en Suecia en 1303; murió en Roma en 1373. Fue dada en matrimonio a los 15 años y tuvo ocho hijos. Enviudó a los 40. Fue mística, escritora, fundadora de una Orden religiosa. Es patrona de Europa y de las viudas.
Permaneced en mí y yo en vosotros.
Permaneced. Le gusta este verbo a Jesús. Es que la vida cristiana consiste precisamente en eso, en permanecer en Él, como los sarmientos en la vid. Comenta el Papa Francisco: Un árbol no da fruto en un día, ni en una semana. Los frutos requieren su tiempo. ¿Qué significa permanecer? Permanecer es vivir en fidelidad a sus enseñanzas, a su palabra, a su persona. Es mantener una relación personal diaria de oración, una vida de caridad.
A todo sarmiento que da fruto lo poda, para que dé más fruto.
A todos nos toca probar momentos de poda a lo largo de la vida. A veces son breves. Pero suele haber en la vida un momento tremendamente penoso que los autores espirituales denominan NOCHE OSCURA. Es algo parecido a lo que probó Jesús en Getsemaní y en la cruz. Es algo mucho más atroz que el mayor de los sufrimientos físicos. Es lo que conduce al descubrimiento y aceptación de la cruz. Y a la libertad. Y es entonces cuando la vida del cristiano se hace más fecunda para los demás. Y no precisamente gracias a nuestras cualidades, sino gracias a nuestras carencias redimidas por la misericordia del Señor.
Los acontecimientos penosos de la vida, iluminados por la Palabra de Dios, van destruyendo poco a poco todo lo que se opone al amor. Así lo ha dicho Jesús: Vosotros estáis ya limpios gracias a la palabra que os he dicho.
Parroquia
de Nuestra Señora del Carmen y Santa Teresa
Santander Cantabria
España
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