Lectura del Evangelio según Mateo
Mt 20,20-28
Entonces se le acercó la madre de los hijos de Zebedeo con sus hijos, y se postró como para pedirle algo.
Él le dijo: «¿Qué quieres?»
Dícele ella: «Manda que estos dos hijos míos se sienten, uno a tu derecha y otro a tu izquierda, en tu Reino.»
Replicó Jesús: «No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber la copa que yo voy a beber?»
Dícenle: «Sí, podemos.»
Díceles: «Mi copa, sí la beberéis; pero sentarse a mi derecha o mi izquierda no es cosa mía el concederlo, sino que es para quienes está preparado por mi Padre.»
Al oír esto los otros diez, se indignaron contra los dos hermanos.
Mas Jesús los llamó y dijo: «Sabéis que los jefes de las naciones las dominan como señores absolutos, y los grandes las oprimen con su poder. No ha de ser así entre vosotros, sino que el que quiera llegar a ser grande entre vosotros, será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros, será vuestro esclavo; de la misma manera que el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos.»
Entonces se le acercó la madre de los Zebedeos con sus hijos y se postró para hacer una petición.
Entonces. Precisamente cuando están subiendo a Jerusalén y Jesús acaba de hablarles de su pasión y muerte. Santiago y Juan, escudándose en su madre, le piden los cargos de mayor prestigio en el nuevo reino de David que creen inminente. Sus proyectos tienen poco que ver con el proyecto de Jesús; piensan en honores y triunfos. Como nosotros. Dice el Papa Francisco que el triunfalismo en la Iglesia paraliza a la Iglesia. El triunfalismo de los cristiano paraliza a los cristianos. El estilo de Jesús es el del triunfo a través del fracaso.
No sabéis lo que pedís. ¿Sois capaces de beber la copa que yo he de beber?
Como los Zebedeos se escudaron en su madre, también nosotros sabemos echar mano de bonitos pretextos para legitimar nuestras peticiones. ¿Llegaremos alguna vez a pedir la gracia de suplicar a Jesús sinceramente que nos lleve por su camino de pobreza y de humildad? ¿Cuándo dejaremos de creer en los méritos para convencernos plenamente de que todo es gracia, y que la gracia es gratuita, porque la gracia que se merece ya no es gracia?
Ellos replicaron: Podemos.
Es curioso. Están imbuidos de afán de poder y de honores; aunque también dicen estar dispuestos a unirse a Jesús hasta beber su cáliz. De nuevo el Papa Francisco: Su deseo de protagonismo se convirtió en compromiso de servir a Jesús. Es bueno contemplar a Jesús. Cómo conserva la calma y no se impacienta. Poco a poco nos va conduciendo a la plenitud de la gloria por el camino de la cruz.
Cuando los otros diez lo oyeron, se enfadaron con los dos hermanos.
Todos estamos invadidos por el mismo virus de la ambición y de la vanagloria, convencidos de que ese es el camino de una vida digna y placentera. A todos, a los discípulos de entonces y a los de ahora, nos cuesta caer en la cuenta de que el camino es otro muy distinto; el del Señor Jesús Crucificado y Resucitado.
Parroquia
de Nuestra Señora del Carmen y Santa Teresa
Santander Cantabria
España
No hay comentarios:
Publicar un comentario