Lectura del Evangelio según Mateo
Mt 13, 44-46
«El Reino de los Cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo que, al encontrarlo un hombre, vuelve a esconderlo y, por la alegría que le da, va, vende todo lo que tiene y compra el campo aquel.
También es semejante el Reino de los Cielos a un mercader que anda buscando perlas finas, y que, al encontrar una perla de gran valor, va, vende todo lo que tiene y la compra.»
El reinado de Dios se parece a un tesoro escondido en un campo… El reinado de Dios se parece a un mercader en busca de perlas finas…
Podrían llamarse parábolas de seducción. Jesús intenta hacernos ver que el descubrimiento personal del Evangelio, el descubrimiento personal de su persona, es lo más grande que puede suceder en la vida. Así le aconteció, por ejemplo, a Pablo: Juzgo que todo es pérdida ante la sublimidad del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por quien perdí todas las cosas, y las tengo por basura para ganar a Cristo(Flp 3, 8).
¡Qué lástima vivir como buen cristiano pero sin llegar a saborear a Dios! ¡Qué triste ser muy observante y muy piadoso sin conocer la alegría de la experiencia de salvación! ¡Qué pena la de quien gira en torno a la órbita del propio yo, del propio esfuerzo, sin entrar en la órbita de Dios, la de la gratuidad!
Comenta el Papa Francisco: Cuando nos quedamos en la superficie de lo religioso que señala el Reino y no llegamos a él, no descubrimos su tesoro. El Reino es el tesoro de gran valor de Jesús, que incluso necesita adquirirse desprendiéndonos de nuestras cosas. Es el tesoro del amor inabarcable de Cristo que ama infinitamente.
Al descubrir una perla de gran valor… No se trata de despreciar otras perlas, otras religiones, otros caminos de vida; se trata de relativizarlas.
El tesoro está escondido en un campo. ¿En la Iglesia? Muchos deambulan por ella, sin actitud de búsqueda, sin sospechar del tesoro escondido. Lo que diferencia a quien deambula de quien ha descubierto el tesoro es la alegría: Por la alegría que le da, vende todo lo que tiene y compra el campo aquel.
Parroquia
de Nuestra Señora del Carmen y Santa Teresa
Santander Cantabria
España
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