martes, 1 de octubre de 2019

Evangelio del 1 de octubre. Santa Teresa del Niño Jesús.

Lectura del Evangelio según Mateo 

Mt 18,1-4

En aquel momento se acercaron a Jesús los discípulos y le dijeron: 
«¿Quién es, pues, el mayor en el Reino de los Cielos?» 
Él llamó a un niño, le puso en medio de ellos y dijo: 
«Yo os aseguro: si no cambiáis y os hacéis como los niños, no entraréis en el Reino de los Cielos. Así pues, quien se humille como este niño, ése es el mayor en el Reino de los Cielos.»



Él llamó a un niño, lo colocó en medio de ellos y dijo: Os aseguro que si no os convertís y os hacéis como los niños, no entraréis en el reino de Dios.
Es uno de los muchos posibles Evangelios que vienen como anillo al dedo para celebrar esta fiesta de santa Terea del Niño Jesús. Vamos a dejarle a ella que ilumine el camino de conversión hacia la infancia espiritual.

Mi camino es todo él de confianza y de amor, y no comprendo a las almas que tienen miedo de tan tierno amigo. Tomo en mis manos la Sagrada Escritura. Entonces todo me parece luminoso. Veo que basta reconocer la propia nada y abandonarse como un niño en brazos de Dios. Como una madre acaricia a su hijo, así os consolaré yo: ante un lenguaje como éste, sólo cabe callar y llorar de agradecimiento y amor.

Alguien podría creer que si tengo una confianza tan grande en Dios es porque no he pecado. Aunque hubiera cometido todos los crímenes posibles, seguiría teniendo la misma confianza. Sé que toda esa multitud de ofensas serían como una gota de agua arrojada en una hoguera encendida. No somos santos que lloramos nuestros pecados. Nosotros nos alegramos de que nuestros pecados sirvan para glorificar la misericordia de Dios.

Mi alegría es quedar siempre pequeña. Así, cuando me caigo en el camino, me podré levantar rápidamente y tomará mi mano Jesús-niño. Basta reconocer la propia nada y abandonarse, como un niño en los brazos de Dios. Sólo los niños y los que se hacen como ellos serán admitidos al banquete celestial. Mi caminito es el de la infancia espiritual, el camino de la confianza y de la entrega absoluta.


Parroquia de Nuestra Señora del Carmen y Santa Teresa
Santander Cantabria
España 


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