Lectura del santo Evangelio según Mateo
Mt 5,20-26
«Porque os digo que, si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el Reino de los Cielos.
Habéis oído que se dijo a los antepasados: No matarás; y aquel que mate será reo ante el tribunal. Pues yo os digo: Todo aquel que se encolerice contra su hermano, será reo ante el tribunal; pero el que llame a su hermano `imbécil', será reo ante el Sanedrín; y el que le llame `renegado', será reo de la gehenna de fuego. Si, pues, al presentar tu ofrenda en el altar te acuerdas entonces de que tu hermano tiene algo contra ti, deja tu ofrenda allí, delante del altar, y vete primero a reconciliarte con tu hermano; luego vuelves y presentas tu ofrenda. Ponte enseguida a buenas con tu adversario mientras vas con él por el camino; no sea que tu adversario te entregue al juez y el juez al guardia, y te metan en la cárcel. Yo te aseguro: no saldrás de allí hasta que no hayas pagado el último céntimo.»
Porque os digo que si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el Reino de los Cielos.
Muchos, no solamente los discípulos, escucharon estas palabras. Todos se sorprendieron. Fariseos y escribas representaban el ideal religioso. Observaban las leyes hasta en los mínimos detalles. Eran, como dice Pablo de sí mismo en sus años de fariseo, intachables (Flp 3, 6). Jesús rechaza esta justicia. Para Él, justicia significa vivir según Dios, no según la ley. Por tanto, los seguidores de Jesús debemos bucear en el corazón de Jesús para hacer nuestros sus sentimientos.
Por tanto, si cuando vas a poner tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda.
Jesús va más allá del NO MATARÁS. Es más radical. Nos pide delicadeza para no herir con palabras ofensivas. Nos pide, sobre todo, perdonar; hasta lo inverosímil. Como lo hace el Padre del cielo, que hace salir su sol sobre malos y buenos y hace llover sobre justos e injustos. Ahí tenemos el punto de referencia. No la ley, no el sentido común; sí el Padre: Sed perfectos como es perfecto vuestro Padre celestial (Mt 5, 48). El Evangelista Lucas, en lugar de perfectos, prefiere decir compasivos (Lc 6,36). El papa Francisco escribe: Estamos llamados a reconciliarnos con nuestros hermanos antes de manifestar nuestra devoción al Señor en la oración.
Estamos ante la utopía del Evangelio: amar como Dios ama. Amor gratuito e incondicional. Utopía si pensamos en las posibilidades humanas. Nada de utopía si pensamos en las posibilidades de Dios.
Parroquia
de Nuestra Señora del Carmen y Santa Teresa
Santander Cantabria
España
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