Lectura del santo Evangelio según Lucas
Lc 6,36-38
«Sed compasivos como vuestro Padre es compasivo. No juzguéis y no seréis juzgados, no condenéis y no seréis condenados; perdonad y seréis perdonados. Dad y se os dará; una medida buena, apretada, remecida, rebosante pondrán en el halda de vuestros vestidos. Porque con la medida con que midáis se os medirá.»
No juzguéis y no seréis juzgados, no condenéis y no seréis condenados. Perdonad y seréis perdonados.
Hay personas excepcionales alérgicas a la crítica; pero, en general, a la mayoría nos cuesta poco caer en el juicio condenatorio y en la crítica negativa. Juzgar y criticar a prójimos, cercanos o lejanos, es la manifestación más evidente de la insensatez humana. Cuando critico, abro una ventana por la cual, quienes me escuchan, pueden asomarse a mi interioridad. Encuentran una interioridad hueca, vacía de conocimiento propio y vacía del conocimiento del Dios verdadero. Podré ser observante y piadoso; pero, si soy criticón, vivo en la mentira, me creo superior. Dice Teresa de Ávila: quien no entiende que no tiene cosa buena suya, sino la miseria y ser nada, anda en mentira. Y el Papa Francisco: la vida cristiana no es una vida autorreferencial: sale de sí misma para darse a los demás. Es un don, es amor, y el amor no vuelve sobre sí mismo, no es egoísta.
La raíz de este mal del juicio condenatorio y la crítica negativa está en la ausencia de silencio y oración en la vida. Así es cómo se pierde la capacidad de captar la verdad de uno mismo.
Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso.
El bebé aprende a hablar y actuar como mamá o papá mirándoles sin descanso a los ojos y a los labios. Nosotros, seguidores de Jesús, aprendemos a ser misericordiosos, comprensivos, pacientes y tolerantes contemplando al Jesús de los Evangelios. La misericordia del Padre se ha vuelto viva, visible y ha alcanzado su culmen en Jesús de Nazaret. Jesús de Nazaret con su palabra, con sus gestos y con toda su persona revela la misericordia de Dios (Papa Francisco).
Parroquia
de Nuestra Señora del Carmen y Santa Teresa
Santander Cantabria
España
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