Lectura del santo Evangelio según Mateo
Mt 5,38-42
«Habéis oído que se dijo: Ojo por ojo y diente por diente. Pues yo os digo: no resistáis al mal; antes bien, al que te abofetee en la mejilla derecha ofrécele también la otra; al que quiera pleitear contigo para quitarte la túnica déjale también el manto; y al que te obligue a andar una milla vete con él dos. A quien te pida da, y al que desee que le prestes algo no le vuelvas la espalda.»
Habéis oído que se dijo: Ojo por ojo, diente por diente. Pues yo os digo…, al que te abofetee en la mejilla derecha ofrécele también la otra.
El caso es que cuando Él fue abofeteado no ofreció la otra mejilla, sino que se defendió: Si he hablado mal, demuéstrame la maldad; pero si he hablado bien, ¿por qué me golpeas? (Jn 18, 23). Evidentemente, lo que Jesús quiere decirnos es que nunca perdamos la serenidad interior, y que no caigamos en la violencia dejándonos llevar por instintos de venganza. San Pablo escribe: No te dejes vencer por el mal, sino vence el mal con el bien (Rm 12, 21). Todos los discípulos de Jesús, todos los cristianos, estamos supuestos a renunciar a cualquier tipo de violencia ante la injusticia que se nos hace y que el sentido común humano acepta como algo legítimo. El no hacerlo significa permanecer ajenos a la dinámica del Reino de Dios.
El Papa Francisco comenta: La propuesta de Jesús va más allá de una ética social. Jesús propone construir un mundo desde el plan de Dios, un Reino que renueve la vida. No son los instintos los que han de construir el Reino, sino las actitudes más constructivas del bien y la fraternidad.
La capacidad de mantener la serenidad interior ante la injusticia que se me hace tiene mucho que ver con el espacio que concedo a la interioridad iluminada por el Evangelio, porque a Él le tocó vivir todo esto, y Él es quien me lo puede enseñar. Éste es el camino que conduce al perdón y a la acogida amable, superando todo sentimiento de revancha. Éste es el camino de la paz y de la libertad del corazón.
Parroquia
de Nuestra Señora del Carmen y Santa Teresa
Santander Cantabria
España
No hay comentarios:
Publicar un comentario