Vivimos por el Padre,
movidos por el Espíritu
por la entrega del Hijo.
Lectura del santo Evangelio según Juan
Jn 16, 12-15
«Mucho tengo todavía que deciros, pero ahora no podéis con ello. Cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad completa; pues no hablará por su cuenta, sino que hablará lo que oiga, y os explicará lo que ha de venir. Él me dará gloria, porque recibirá de lo mío y os lo explicará a vosotros. Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso he dicho: Recibirá de lo mío y os lo explicará a vosotros.»
Cuando venga Él, el Espíritu de la Verdad, os guiará hasta la Verdad plena.
Hasta la Verdad plena. La del Dios Trinidad. La Verdad plena del Dios Padre, del Dios Hijo, del Dios Espíritu Santo. Los Tres. Un solo Dios. Un Dios que es amor.
Podemos intentar acercarnos al Dios Trinidad por dos caminos. Uno es el de la mente; que no tiene la capacidad de entender el misterio trinitario. ¿Son tres y es uno? ¿Tres personas y una única naturaleza? Es un camino que no nos lleva a ninguna parte. El otro camino es el del corazón. Este camino sí tiene la capacidad de conducirnos a vivir y disfrutar del Dios Trinidad. Siempre en fe. Así lo vivía y disfrutaba la carmelita santa Isabel de la Trinidad cuando oraba diciendo: Oh mis Tres, mi Todo, mi Bienaventuranza, Soledad infinita, Inmensidad donde me pierdo.
Intentemos vivir y disfrutar del misterio trinitario ahondando, por ejemplo, en las palabras con que acompañamos la señal de la cruz que hacemos sobre nosotros mismos.
En el nombre del Padre. Y tratamos de concienciarnos profundamente de nuestra calidad de hijos, confiando plenamente en su amor, más allá de circunstancias favorables o desfavorables de la vida.
En el nombre del Hijo. Y tratamos de seguir los pasos de Jesús aprendiendo a pensar y hablar como Él pensó y habló, a base de familiarizarnos más y más con las páginas de los Evangelios. El resultado será que mirándole a Él, acabaremos viendo al Padre y al Espíritu.
En el nombre del Espíritu. Y tratamos de dejarnos conducir por Él hasta la plenitud de la verdad, viviéndolo todo en clave de amor y gratuidad. Él es la savia necesaria para que todo esto se haga realidad en nuestras vidas.
Nos dice el Papa Francisco: Por medio de Dios, que se revela en Jesús su Hijo, y con el don de su mismo Espíritu, el ser humano puede llegar a la plenitud para la que ha sido creado por el mismo Dios.
Parroquia
de Nuestra Señora del Carmen y Santa Teresa
Santander Cantabria
España
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