martes, 21 de julio de 2020

Evangelio del 21 de julio. Martes 16.

Lectura  del santo Evangelio según Mateo

Mt 12, 46-50

Todavía Jesús estaba hablando a la muchedumbre, cuando su madre y sus hermanos se presentaron fuera y trataban de hablar con él. Alguien le dijo:

 «¡Oye! ahí fuera están tu madre y tus hermanos que desean hablarte.» 

Pero él respondió al que se lo decía: 

«¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?»

Y, extendiendo su mano hacia sus discípulos, dijo:

«Estos son mi madre y mis hermanos. Pues todo el que cumpla la voluntad de mi Padre de los cielos, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre.»



Todavía estaba hablando a la muchedumbre, cuando su madre y sus hermanos se presentaron fuera y trataban de hablar con Él.

Imaginamos la escena. Jesús, de pie, hablando a la gente que se sienta en torno a Él. Su madre y sus parientes, fuera del corro, esperando que Jesús salga a atenderles. Con la escena ante los ojos de la imaginación, intentamos también captar los sentimientos de Jesús y de su madre.

 

Extendiendo su mano hacia sus discípulos, dijo: Estos son mi madre y mis hermanos.

La familia de Jesús ya no es la familia de vínculos de sangre. Es la familia del Padre nuestro del cielo que la familia carnal encuentra difícil de comprender. Como dice el Papa Francisco, uno de los aspectos más contraculturales del Evangelio es la universalidad del amor y la vivencia de la fraternidad más allá del clan o la familia de sangre.

 

Todo el que cumple la voluntad de mi Padre de los cielos, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre.

Sorprende la fría reacción de Jesús ante la cercanía de su madre. Pero, bien mirado, y entendiendo el profundo vínculo de los dos corazones, estas palabras finales resultan una excelente alabanza a María. La escena nos recuerda aquella otra en que una mujer, entusiasmada con Jesús, grita: Dicho el seno que te llevó y los pechos que te criaron. Y la respuesta de Jesús: Dichosos, más bien, los que oyen la palabra de Dios y la guardan (Lc 11, 28). Si Jesús fue en todo como nosotros, menos en el pecado, también su madre tendría que recorrer el oscuro camino de la fe. Tampoco ella lo tendría todo siempre claro. Todo discípulo, como el Maestro, debe pasar su propio Getsemaní.



Parroquia de Nuestra Señora del Carmen y Santa Teresa

Santander Cantabria

España 



Fuentes: EL SITIO WEB OFICIAL DE LOS CARMELITAS

              Meditación con el Evangelio del día. Buena Noticia.

              https://cdni.rt.com/actualidad/public_images/2019.08/article/5d504ac9e9180f2c1c8b4568.jpg

 


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