viernes, 11 de septiembre de 2020

Evangelio del 11 de septiembre. Viernes 23.

Lectura del santo Evangelio según Lucas 

Lc 6, 39-42

Les añadió una parábola: 

«¿Podrá un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en el hoyo? No está el discípulo por encima del maestro. Será como el maestro cuando esté perfectamente instruido. ¿Cómo es que miras la brizna que hay en el ojo de tu hermano y no reparas en la viga que hay en tu propio ojo?¿Cómo puedes decir a tu hermano: `Hermano, deja que saque la brizna que hay en tu ojo', si no ves la viga que hay en el tuyo? Hipócrita, saca primero la viga de tu ojo y entonces podrás ver para sacar la brizna que hay en el ojo de tu hermano.»



Hipócrita, saca primero la viga de tu ojo y entonces podrás ver para sacar la brizna que hay en el ojo de tu hermano.

Solemos asociar lo de hipócrita con lo de fariseo. Pero aquí Jesús se dirige a sus discípulos; a nosotros. Hipócrita: aunque es una palabra muy dura, no debemos esquivarla. Todos tenemos una fuerte tendencia a convertirnos en jueces rigurosos de los demás. Todos somos expertos en ver los defectos ajenos mejor que los propios: intransigentes con las debilidades de los demás y muy tolerantes con las nuestras (Papa Francisco).


En el Evangelio de ayer nos decía Jesús que debemos llegar amar a nuestros enemigos y aspirar a ser misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso. El mejor conocimiento propio es el de quien tiene un mejor conocimiento de Jesús. Si estamos en ello, seremos conscientes de nuestras debilidades, y seremos más comprensivos, más misericordiosos, más tolerantes. Actuaremos como actuaba Él. Tendremos, como escribe San Pablo, los mismos sentimientos que Cristo. Y no actuaremos movidos por la ambición o la vanagloria, sino por la humildad, considerando a los demás como superiores a nosotros (Flp 2, 3-7). Cuando hay un mínimo de verdadera sabiduría en la vida, resulta patéticamente ridículo el creerse algo; no digamos el creernos mejores que otros.


Esto es tan válido para el cristiano como para la cristiandad. El divorcio entre iglesia-institución y Evangelio llegó cuando la cristiandad creyó mejor sustituir el amor por la espada, el perdón por la inquisición y la opción de los pobres por el poder y las riquezas. Todavía estamos pagando las consecuencias. Necesitamos aplicarnos las palabras de san Pablo: Cristo no me envió a bautizar, sino a predicar el Evangelio (1 Cor 1, 17).

Parroquia de Nuestra Señora del Carmen y Santa Teresa

Santander Cantabria

España 


Fuentes: EL SITIO WEB OFICIAL DE LOS CARMELITAS

Meditación con el Evangelio del día. Buena Noticia.

https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj28uLX39RYp41plUIkqBczKFeoXoU2I9Br-etaEMPKS41Fm6I3xZmJpkJ7uT5acOc4jSCSthtZ4JOZX_ZmwMl_72yZPiz_VVhnBdXvhOeEo70lWOjShEJMYQujznrCTsdTqZwqAZxw_5tJ/s1600/graduacion-de-vista-fano.jpg

No hay comentarios:

Publicar un comentario