martes, 27 de diciembre de 2022

Evangelio del 28 de diciembre. Los Santos Inocentes.

Lectura del Santo Evangelio según Mateo
Mt 2, 13-18

Cuando se marcharon los magos, el ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: 

«Levántate, coge al niño y a su madre y huye a Egipto; quédate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo.»

José se levantó, cogió al niño y a su madre, de noche, se fue a Egipto y se quedó hasta la muerte de Herodes. Así se cumplió lo que dijo el Señor por el profeta: 

«Llamé a mi hijo, para que saliera de Egipto.» 

Al verse burlado por los magos, Herodes montó en cólera y mandó matar a todos los niños de dos años para abajo, en Belén y sus alrededores, calculando el tiempo por lo que había averiguado de los magos. Entonces se cumplió el oráculo del profeta Jeremías: 

«Un grito se oye en Ramá, llanto y lamentos grandes; es Raquel que llora por sus hijos, y rehúsa el consuelo, porque ya no viven.»

Herodes, al verse burlado por los magos, se enfureció mucho y mandó matar a todos los niños menores de dos años en Belén y sus alrededores.

Son muchos los inocentes, niños y adultos, víctimas de Herodes. Siempre y en todas partes. También hoy. Son muchos los Herodes que no tienen escrúpulo alguno en eliminar a quienes amenazan su poder o sus privilegios. Nos rasgamos las vestiduras ante los Herodes de turno. Sería más sabio reconocer que todo ser humano, dejado de la mano de Dios, puede transformarse en un Herodes. Esto dice santa Teresita de sí misma: Reconozco que, sin Dios, yo habría podido caer tan bajo como santa María Magdalena (podría haber dicho Herodes). Yo sé que a mí Jesús me ha perdonado mucho más que a santa María Magdalena, pues me ha perdonado por adelantado, impidiéndome caer.

José se levantó, tomó de noche al niño y a su madre, y se retiró a Egipto.

José y María se ven obligados a emigrar para salvar la vida del niño. ¡Cuántos millones de personas se ven obligadas hoy a dejar su tierra para salvar su vida o su dignidad! El Papa Francisco no se cansa de invitarnos a abrir fronteras y corazones; no solamente a emigrantes y refugiados, sino a todos los habitantes de las periferias existenciales. Es un gran reto para quienes vivimos cómodamente instalados.

Y de nuevo vemos cuestionada nuestra escala de valores. Si el primer fuerte toque de atención fue el pesebre de Belén, el segundo es esta estampa de la familia de Nazaret huyendo a Egipto de noche. A nosotros nos encantan el poder, la influencia, el triunfo; el niño de Belén prefiere la fragilidad, la debilidad, el fracaso. ¡Cosas del Amor!


Parroquia de Nuestra Señora del Carmen y Santa Teresa. 

Santander, Cantabria. España. 

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