sábado, 15 de diciembre de 2018

Evangelio del 15 de diciembre. Sábado segundo de Adviento.

Lectura del santo Evangelio según Mateo 
Mt 17,10-13

Sus discípulos le preguntaron: 
«¿Por qué, pues, dicen los escribas que Elías debe venir primero?» 
Respondió él: 
«Ciertamente, Elías ha de venir a restaurarlo todo. Os digo, sin embargo: Elías vino ya, pero no le reconocieron sino que hicieron con él cuanto quisieron. Así también el Hijo del hombre tendrá que padecer de parte de ellos.» 
Entonces los discípulos entendieron que se refería a Juan el Bautista.


Ciertamente, Elías ha de venir a restaurarlo todo. Os digo, sin embargo: Elías vino ya, pero no le reconocieron sino que hicieron con él cuanto quisieron. Así también el Hijo del Hombre tendrá que padecer de parte de ellos.

Los discípulos han preguntado a Jesús: ¿Por qué dicen los letrados que primero tiene que venir Elías? Se hacen eco de la creencia popular basada en esta profecía: Os enviaré al profeta Elías antes de que llegue el día del Señor, grande y terrible: reconciliará a padres con hijos, a hijos con padres, y así no vendré yo a exterminar la tierra (Mal 3, 23-24).

De todos modos, las palabras de Jesús nos resultan un tanto enigmáticas. Pero parece claro que su finalidad es hacer ver que lo que esperaban para el futuro ya se ha hecho realidad en la persona de Jesús. También parece claro que Jesús nos está invitando a superar la tentación de un mesianismo triunfalista; tentación frecuente en los países de vieja cristiandad donde, aunque no se dice, sí se piensa que el Reino de Jesús sí es de este mundo. Esto conlleva unas nefastas consecuencias: ostentar la autoridad como un honor, o establecer un clasismo clerical poco acorde con el Evangelio.

Jesús hace una lectura distinta y muy personal sobre el regreso de Elías. Para Él, el espíritu de Elías ya ha vuelto. Lo ha hecho en todos los profetas; lo ha hecho en Juan Bautista. Todos ellos han sido eliminados. Y se sigue esperando a Elías. Se espera que aparezca de forma espectacular. Ahora va a suceder lo mismo con Jesús. Su mensaje y su persona, humildes y sencillos, no van a ser aceptados por la autoridad religiosa.


Parroquia de Nuestra Señora del Carmen y Santa Teresa
Santander Cantabria
España 


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