Lectura del Evangelio según Juan
Jn 3, 13-17
«Nadie ha subido al cielo sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre. Y como Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que crea tenga en él la vida eterna. Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no ha enviado a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.»
Según la tradición fue un 14 de septiembre cuando se descubrió la cruz de Jesús en Jerusalén. El año 335 la reliquia fue expuesta a la veneración de los fieles en una basílica erigida por Constantino. Desde entonces se viene celebrando esta fiesta de la Exaltación de la Cruz.
Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único.
¡Palabras y realidad tan consoladoras y vivificantes! Nunca, mientras en este mundo, llegaremos a asimilarlas suficientemente. Razón tenía san Pablo para quedarse embobado ante tal portento: ¡Oh abismo de riqueza, de sabiduría y de ciencia de Dios! ¿Quién le dio primero que tenga derecho a la recompensa? Porque de Él, por Él y para él son todas las cosas. ¡A Él la gloria por los siglos! Amen (Rm 11, 33-35).
La primera carta de Pablo a los Corintios es un himno a la sabiduría de la Cruz, necedad para los que se pierden, mas para los que se salvan, para nosotros, fuerza de Dios (1 Cor 1, 18). La cruz rompe los esquemas del hombre sobre lo humano y lo divino. La cruz es un misterio de amor.
El Papa Francisco nos advierte sobre dos peligros: un Cristo sin cruz, y una cruz sin Cristo. ¿Un Cristo sin cruz? Jesús no pasa de ser un maestro espiritual. ¿Una cruz sin Cristo? Es masoquismo espiritual que nos hace vivir agobiados bajo el peso de la culpa y de las mortificaciones.
Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único.
Y tanto amó el Hijo al mundo que nos amó hasta el extremo (Jn 13, 1); el extremo de la cruz. El Crucificado-Resucitado es el núcleo de toda la Escritura, de toda la creación, y de toda la historia.
Parroquia
de Nuestra Señora del Carmen y Santa Teresa
Santander Cantabria
España
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