Jn 16,16-20
«Dentro de poco ya no me veréis, y dentro de otro poco me volveréis a ver.»
Entonces algunos de sus discípulos comentaron entre sí:
«¿Qué es eso que nos dice: `Dentro de poco ya no me veréis y dentro de otro poco me volveréis a ver' y `Me voy al Padre'?»
Y decían:
«¿Qué es ese `poco'? No sabemos lo que quiere decir.»
Se dio cuenta Jesús de que querían preguntarle y les dijo:
«¿Andáis preguntándoos acerca de lo que he dicho: `Dentro de poco no me veréis y dentro de otro poco me volveréis a ver?'En verdad, en verdad os digo que lloraréis y os lamentaréis y el mundo se alegrará. Estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en gozo. »
Os aseguro que lloraréis y os lamentaréis mientras el mundo se divierte; estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en gozo.
Lloraremos y nos lamentaremos. Nos tocará beber el cáliz que el Señor ha bebido. Sentiremos a veces como muy apropiadas las palabras de la Salve: A ti suspiramos gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. Todo esto es cierto. Pero, a pesar de todo, estamos llamados a la alegría.
El día de san José del año pasado, 2018, el Papa Francisco promulgó la exhortación apostólica Gaudete et exsultate (Alegraos y regocijaos). Entre tantas cosas buenas, nos dice: El santo es capaz de vivir con alegría y sentido del humor. Sin perder realismo, ilumina a los demás con un espíritu positivo y esperanzado. Si dejamos que el Señor nos saque de nuestro caparazón y nos cambie la vida, entonces podremos hacer realidad lo que pedía san Pablo: Alegraos siempre en el Señor; os lo repito, alegraos (Flp 4, 4).
La fe lo transfigura todo. La fe nos lleva a descubrir y a gozar tanta deslumbrante belleza a nuestro alrededor; por ejemplo, en los ojos de un niño. No es necesario buscarla fuera de lo ordinario y cotidiano. No podemos ir por la vida con semblante tristón, ni ir sembrando nuestro camino con pesimismos o comentarios aguafiestas.
De nuevo el Papa Francisco: Cada día es un intento para vivir el amor y la alegría de Jesús. No dejes que nada te la quite, nada te la limite, ni te la disminuya. Tener fe no significa no tener momentos difíciles, sino tener la fuerza de afrontarlos sabiendo que no estamos solos. Y esta es la paz que Dios da a sus hijos.
Parroquia
de Nuestra Señora del Carmen y Santa Teresa
Santander Cantabria
España
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