lunes, 3 de junio de 2019

Evangelio del 3 de junio. Santos Carlos Luanga y compañeros.

Lectura del santo Evangelio según Juan 

Jn 16,29-33

Le dicen sus discípulos: 
«Ahora sí que hablas claro, y no dices ninguna parábola. Sabemos ahora que lo sabes todo y no necesitas que nadie te pregunte. Por esto creemos que has salido de Dios.» 
Jesús les respondió: 
«¿Ahora creéis? Mirad que llega la hora (y ha llegado ya) en que os dispersaréis cada uno por vuestro lado y me dejaréis solo. Pero no estoy solo, porque el Padre está conmigo. Os he dicho estas cosas para que tengáis paz en mí. En el mundo tendréis tribulación. Pero ¡ánimo!: yo he vencido al mundo.»


Ahora sí que hablas claramente… Ahora sabemos que lo sabes todo… Por eso creemos que vienes de Dios.
Ahora están seguros de su fe firme y de su inquebrantable fidelidad al Maestro; como Pedro cuando proclame que seguirá a Jesús hasta la muerte. Jesús se lo toma con calma: ¿Ahora creéis? Mirad, llega la hora en que os dispersaréis y me dejaréis solo.¡Qué traicionera es la seguridad del discípulo que no ha aprendido a desconfiar de sí mismo! ¡Y qué firme la seguridad de quien pone toda su confianza únicamente en el Señor! Como la seguridad de que disfrutaba santa Teresa: Bien sabe Su Majestad que sólo puedo presumir de su misericordia.

Os he dicho esto para que gracias a mí tengáis paz. En el mundo pasaréis aflicción; pero tened valor: yo he vencido al mundo.
De nuevo su preocupación por la paz que podemos perder por razón de nuestras incoherencias e incongruencias. Nada ni nadie debe quitarnos la paz. Para eso es necesario permanecer cerca, muy cerca de Él; así llegamos a aprender a mirarlo todo como lo mira Él. Lo mismo que Él nos deja amplio espacio para que hagamos nuestro camino equivocándonos y tropezando a cada paso, así nosotros dejemos espacio a los demás. Dejemos de mirarles con las lentes que llevamos puestas. Dejemos que cada uno sea cada uno y cometa sus errores; sin enjuiciar, sin sentenciar.

Comenta el Papa Francisco: El cristiano cada día afronta el gozo de la vida, de la fe y del amor, y también la lucha contra las dificultades, contra el mal en cualquier forma, contra los propios errores, fallos  debilidades, contra la enfermedad, o contra los contratiempos. A pesar de todo, con Jesús vencemos.


Parroquia de Nuestra Señora del Carmen y Santa Teresa
Santander Cantabria
España 


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