Lectura del santo Evangelio según Mateo
Mt 11,20-24
Entonces se puso a maldecir a las ciudades en las que se habían realizado la mayoría de sus milagros, porque no se habían convertido:
«¡Ay de ti, Corazín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que se han hecho en vosotras, tiempo ha que en sayal y ceniza se habrían convertido. Por eso os digo que el día del Juicio habrá menos rigor para Tiro y Sidón que para vosotras.
Y tú, Cafarnaún, ¿hasta el cielo te vas a encumbrar? ¡Hasta el Hades te hundirás! Porque si en Sodoma se hubieran hecho los milagros que se han hecho en ti, aún subsistiría el día de hoy. Por eso os digo que el día del Juicio habrá menos rigor para la tierra de Sodoma que para ti.»
Entonces se puso a recriminar a las ciudades donde había realizado la mayoría de sus milagros, porque no se habían convertido.
Son tres las poblaciones mencionadas: Corazín, Betsaida y Cafarnaún. Sus habitantes se consideraban gente de bien, piadosos, pacíficos. Habían escuchado con gusto a Jesús y habían admirado sus milagros. Pero nada cambió en sus vidas. Nos recuerdan la parábola del sembrador y aquellas semillas que cayeron entre abrojos: crecieron los abrojos y las ahogaron (Mt 13, 7).
No hay abrojo más taimado que el inmovilismo; se opone sutil pero tajantemente al seguimiento. El inmovilista se instala; olvida seguir a quien se definió a sí mismo como EL CAMINO: Las zorras tienen madrigueras y los pájaros nidos, pero este Hombre no tiene dónde reclinar la cabeza (Mt 8, 20). Quien se detiene deja de caminar y ya no está con Él. El abrojo del inmovilismo no llama la atención ni escandaliza. No aparenta ser mala hierba. ¿No seré yo mismo presa del inmovilismo? Si así es, adopto como punto de referencia de mi vida presente las vivencias del pasado, y amarro mi vida a algo que fue bueno ayer pero que hoy ya no lo es. En el fondo se trata, como sucedió al tercero de los siervos de la parábola de los talentos, del miedo al riesgo ante lo nuevo y desconocido. Además, si soy inmovilista, bajo mis apariencias de pacifismo esconderé actitudes de intransigencia hacia quienes se salen de las normas.
Jesús experimentó en propia carne el rechazo a su mensaje. Aprendió a afrontar sus fracasos y frustraciones y el primer paso para ello fue nombrarlos. Jesús libera su frustración ante la cerrazón de aquella gente, a la vez que intenta hacerles conscientes de su error y sus consecuencias (Papa Francisco).
Parroquia de Nuestra Señora del Carmen y Santa Teresa
Santander Cantabria
España
Fuentes: EL SITIO WEB OFICIAL DE LOS CARMELITAS
No hay comentarios:
Publicar un comentario