sábado, 17 de octubre de 2020

Evangelio del 18 de octubre. Domingo 29.

 



Entrega tu corazón al Dios del Amor.


Lectura del santo Evangelio según Mateo

Mt 22, 15-21


Entonces los fariseos se fueron y celebraron consejo sobre la forma de sorprenderle en alguna palabra. Y le envían sus discípulos, junto con los herodianos, a decirle: 

«Maestro, sabemos que eres veraz y que enseñas el camino de Dios con franqueza y que no te importa por nadie, porque no miras la condición de las personas. Dinos, pues, qué te parece, ¿es lícito pagar tributo al César o no?» 

Mas Jesús, conociendo su malicia, dijo:

«Hipócritas, ¿por qué me tentáis? Mostradme la moneda del tributo.» 

Ellos le presentaron un denario. Y les dice: 

«¿De quién es esta imagen y la inscripción?» 

Dícenle: 

«Del César.» 

Entonces les dice: 

«Pues lo del César devolvédselo al César, y lo de Dios a Dios.»




Dinos, pues, qué te parece, ¿es lícito pagar tributo al César o no?

La pregunta es una trampa. La respuesta, sea sí o sea no, pone a Jesús en un delicado aprieto. Pero Jesús responde de manera que deja perplejos a sus adversarios. De todos modos, la pregunta nos lleva a interrogarnos sobre nuestra manera de sentir y vivir lo político.

La convivencia es fundamental en la vida humana: tanto la familiar, como la social o política. Es fuente de muchos bienes y también de grandes complicaciones. Es en la convivencia donde los creyentes ponemos en práctica el mandamiento del Señor: Sabrán que sois mis discípulos si os tenéis amor los unos a los otros (Jn 13 35). Y esto vale tanto para amigos como para enemigos; tanto para familiares como para políticos.

Sucede con frecuencia que vivimos la política de forma negativa. Razones no faltan; sobre todo, la incompetencia y la ambición de los políticos. Pero tengamos en cuenta que tampoco faltan razones para relacionarnos con nosotros mismos de forma negativa, debido a nuestras limitaciones y miserias.

Toda relación del creyente, consigo mismo, con los demás, con la política, debe estar dominada por una visión muy elevada, sabiendo mirarlo todo y vivirlo todo tal como lo mira y lo vive Dios. O sea, con amor, con compasión, con perdón.

Les dice: ¿De quién es esta imagen y la inscripción? Le dicen: Del César. Pues lo del César devolvédselo al César, y lo de Dios a Dios.

Jesús nunca pretende separar lo religiosa de lo político. No puede hacerlo. Solo Dios es Señor y no hay otro fuera de Él. Así que nada de relegar la fe al ámbito personal privado. Todos debemos colaborar en la configuración de una política digna del ser humano, imagen de Dios. Él es el Señor de todo, y nosotros, que hemos sido creados a su imagen, le pertenecemos ante todo a Él. Esta es la pertenencia fundamental (Papa Francisco).



Oh María, Tú resplandeces siempre en nuestro camino como signo de salvación y esperanza. Nosotros nos encomendamos a Ti, salud de los enfermos, que ante la Cruz fuiste asociada al dolor de Jesús manteniendo firme tu fe.

Tú, Salvación del Pueblo Romano, sabes lo que necesitamos y estamos seguros de que proveerás para que, como en Caná de Galilea, pueda regresar la alegría y la fiesta después de este momento de prueba.

Ayúdanos, Madre del Divino Amor, a conformarnos a la voluntad del Padre y a hacer lo que nos dirá Jesús, que ha tomado sobre sí nuestros sufrimientos. Y ha tomado sobre sí nuestros dolores para llevarnos, a través de la Cruz, al gozo de la Resurrección. Amén.

Bajo tu protección, buscamos refugio, Santa Madre de Dios. No desprecies las súplicas de los que estamos en la prueba y líbranos de todo peligro, ¡oh Virgen gloriosa y bendita!


Parroquia de Nuestra Señora del Carmen y Santa Teresa

Santander Cantabria

España 

Fuentes: Dibujos de Fano en color. Diócesis de Málaga: Portal de la Iglesia Católica de Málaga

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