Lectura del santo Evangelio según Juan
Jn 14, 1-6
«No se turbe vuestro corazón. Creéis en Dios: creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas mansiones; si no, os lo habría dicho; porque voy a prepararos un lugar. Y cuando haya ido y os haya preparado un lugar, volveré y os tomaré conmigo, para que donde esté yo estéis también vosotros. Y adonde yo voy sabéis el camino.»
Le dice Tomás:
«Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo podemos saber el camino? »
Le dice Jesús:
«Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí.»
Cuando haya ido y os haya preparado un lugar, volveré y os tomaré conmigo para que donde esté yo estéis también vosotros.
Nuestra vida tiene comienzo pero no tiene fin. Comenzamos a vivir en el momento en que somos concebidos. Los nueve primeros meses son de una vida muy confinada. Cuando nacemos, pasamos a una vida más libre pero de muchas limitaciones. Solamente cuando morimos entramos a la vida de plenitud total.
Hoy celebramos a todos los fieles difuntos. Siendo la fidelidad cosa de Dios y no nuestra, celebramos a todo ser humano que ha sido tomado por el Señor para que esté donde Él está.
La celebración de hoy nos invita a mirar al pasado para recordar con agradecimiento a quienes nos han precedido y que tanto han significado en nuestras vidas. Reavivamos la comunión de los santos sintiendo cercana su presencia y sabiendo que nos esperan.
La celebración de hoy nos invita también a mirar al futuro para revitalizar la esperanza, sintiéndonos acompañados por quienes tanto quisimos y que tanto nos quisieron.
Es bueno y agradable oír decir a Jesús: No se turbe vuestro corazón. Pero la verdad es que todos pasamos por momentos de turbación. También Él los pasó; muy especialmente en Getsemaní. Todos sabemos de mucho sufrir por tantas cosas, reales o imaginarias. Quizá por cosas que solamente son producto de nuestros miedos y que nunca sucederán. ¡Qué más quisiéramos que vivir en la paz y en la más absoluta seguridad!
No hay medicina más eficaz contra el miedo y la inseguridad que la del libro de los Evangelios. En ellos encontramos la seguridad y la paz. Quien lo ha probado, lo sabe. Quien no lo ha probado, que lo haga.
Parroquia de Nuestra Señora del Carmen y Santa Teresa
Santander Cantabria
España
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