Lectura del santo Evangelio según Marcos
Mc 1,7-11
Juan proclamaba:
«Detrás de mí viene el que es más fuerte que yo; y no soy digno de desatarle, inclinándome, la correa de sus sandalias. Yo os he bautizado con agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo.»
Y sucedió que por aquellos días vino Jesús desde Nazaret de Galilea, y fue bautizado por Juan en el Jordán. En cuanto salió del agua vio que los cielos se rasgaban y que el Espíritu, en forma de paloma, bajaba a él. Y se oyó una voz que venía de los cielos:
«Tú eres mi Hijo amado, en ti me complazco.»
Y sucedió que por aquellos días vino Jesús desde Nazaret de Galilea, y fue bautizado por Juan en el Jordán.
Juan proclamaba un bautismo de conversión para perdón de los pecados (v. 4). Muchos acudían a él. Contemplamos a Jesús entre la gente cuando todo el pueblo se estaba bautizando (Lc 3, 21). ¿Será aventurado pensar que Jesús se siente pecador, aunque no lo sea? Es un ser humano, en todo como nosotros menos en el pecado (Heb 4, 15). A veces se enoja, a veces se impacienta… ¿Será aventurado pensar que en ese momento no tiene conciencia clara de su divinidad? Como quiera que sea, es gran cosa, mientras vivimos y somos humanos, traerle humano (Sta. Teresa).
En cuanto salió del agua vio que los cielos se rasgaban y que el Espíritu, en forma de paloma, bajaba a Él. Y se oyó una voz que venía de los cielos: Tú eres mi Hijo amado, en ti me complazco.
En ese momento Jesús adquiere plena conciencia de su identidad y de su misión. Jesús es iluminado. El Espíritu da testimonio de la divinidad, acudiendo en favor de quien es su semejante (San Gregorio Nacianceno). Como la paloma busca su nido, El Espíritu busca a Jesús. El día del bautismo de Jesús es una fecha clave en su vida; marca un antes y un después. Del Jordán se irá al desierto para un largo retiro, y después hará de Cafarnaún el centro de su actividad. El Jordán es un paso más de la epifanía o manifestación de Jesús. La epifanía o manifestación más contundente y definitiva será la de la cruz.
El Espíritu es el artífice del bautismo de Jesús; también de nuestro bautismo. Él nos abre los ojos del corazón a la verdad, a toda la verdad. Empuja nuestra vida por el sendero de la caridad. Él es el don que el Padre ha dado a cada uno de nosotros el día de nuestro bautismo (Papa Francisco).
Oh María, Tú resplandeces siempre en nuestro camino como signo de salvación y esperanza. Nosotros nos encomendamos a Ti, salud de los enfermos, que ante la Cruz fuiste asociada al dolor de Jesús manteniendo firme tu fe.
Tú, Salvación del Pueblo Romano, sabes lo que necesitamos y estamos seguros de que proveerás para que, como en Caná de Galilea, pueda regresar la alegría y la fiesta después de este momento de prueba.
Ayúdanos, Madre del Divino Amor, a conformarnos a la voluntad del Padre y a hacer lo que nos dirá Jesús, que ha tomado sobre sí nuestros sufrimientos. Y ha tomado sobre sí nuestros dolores para llevarnos, a través de la Cruz, al gozo de la Resurrección. Amén.
Bajo tu protección, buscamos refugio, Santa Madre de Dios. No desprecies las súplicas de los que estamos en la prueba y líbranos de todo peligro, ¡oh Virgen gloriosa y bendita!
Parroquia
de Nuestra Señora del Carmen y Santa Teresa
Santander Cantabria
España
Fuentes: Dibujos de Fano en color. Diócesis de Málaga: Portal de la Iglesia Católica de Málaga
EL SITIO WEB OFICIAL DE LOS CARMELITAS
Evangelio ilustrado. Facebook.
Meditación con el Evangelio del día. Buena Noticia.
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