jueves, 29 de diciembre de 2022

Evangelio del 30 de diciembre. La Sagrada Familia.


Lectura del Santo Evangelio según Mateo      Mt 2, 13-15, 19-23

Cuando se marcharon los magos, el ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: 

"Levántate, coge al niño y a su madre y huye a Egipto; quédate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo." 

José se levantó, cogió al niño y a su madre, de noche, se fue a Egipto y se quedó hasta la muerte de Herodes. Así se cumplió lo que dijo el Señor por el profeta: 

"Llamé a mi hijo, para que saliera de Egipto".

Cuando murió Herodes, el ángel del Señor se apareció de nuevo en sueños a José en Egipto y le dijo: 

"Levántate, coge al niño y a su madre y vuélvete a Israel; ya han muerto los que atentaban contra la vida del niño." 

Se levantó, cogió al niño y a su madre y volvió a Israel. Pero, al enterarse de que Arquelao reinaba en Judea como sucesor de su padre Herodes, tuvo miedo de ir allá. Y, avisado en sueños, se retiró a Galilea y se estableció en un pueblo llamado Nazaret. Así se cumplió lo que dijeron los profetas, que se llamaría Nazareno.


José se levantó, tomó al niño y a su madre y se volvió a Israel.

Será Lucas quien nos dirá que José y María se establecieron en Nazaret, donde el niño crecía y se fortalecía, llenándose de sabiduría (Lc 2, 40). Estas palabras resumen treinta silenciosos años de vida.

Encaja bien esta celebración de la Sagrada Familia dentro del tiempo de Navidad. La segunda persona de la Trinidad ha asumido nuestra realidad humana con todas sus consecuencias, como la de pertenecer a una familia. Frente a lo que el mundo pueda decir, los seguidores de Jesús asumimos que solamente hay un tipo de matrimonio: el de una mujer y un hombre. Un matrimonio que es sacramento y es vocación; vocación tan sagrada como la del ministerio sacerdotal.

Pretender construir una familia sobre el amor romántico es pretender construir una casa sobre arena. El verdadero amor va mucho más allá de lo sentimental. Cuando los esposos entienden correctamente el matrimonio, la familia supera nuestra actual cultura de lo provisorio. El amor aprende a convivir con la imperfección, aprende a perdonar, aprende a guardar silencio ante las limitaciones del ser amado.

La Sagrada Familia de Nazaret es el modelo a seguir. José y María saben mucho de vida interior. No cualquier tipo de vida interior. La suya es una vida interior iluminada por la Palabra de Dios. Esto hace que cada uno viva pendiente del bienestar del otro más que del suyo propio. Esto evita confundir el amor con otras cosas. Porque, como escribe el Papa Francisco, hay personas que se sienten capaces de un gran amor solo porque tienen una gran necesidad de afecto, pero no saben luchar por la felicidad de los demás y viven encerrados en sus propios deseos.


Parroquia de Nuestra Señora del Carmen y Santa Teresa. 

Santander, Cantabria. España. 

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