jueves, 5 de enero de 2023

Evangelio del 6 de enero. Epifanía del Señor.

Lectura del Santo Evangelio según Mateo
Mt 2, 1-12

Jesús había nacido en Belén de Judá durante el reinado de Herodes. Unos Magos que venían de Oriente llegaron a Jerusalén preguntando: 

«¿Dónde está el rey de los judíos recién nacido? Porque hemos visto su estrella en el Oriente y venimos a adorarlo.» 

Herodes y toda Jerusalén quedaron muy alborotados al oír esto. Reunió de inmediato a los sumos sacerdotes y a los que enseñaban la Ley al pueblo, y les hizo precisar dónde tenía que nacer el Mesías.

Ellos le contestaron: 

«En Belén de Judá, pues así lo escribió el profeta: Y tú, Belén, tierra de Judá, no eres en absoluto la más pequeña entre los pueblos de Judá, porque de ti saldrá un jefe, el que apacentará a mi pueblo, Israel. 

Entonces Herodes llamó en privado a los Magos, y les hizo precisar la fecha en que se les había aparecido la estrella. Después los envió a Belén y les dijo: 

«Vayan y averigüen bien todo lo que se refiere a ese niño, y apenas lo encuentren, avísenme, porque yo también iré a rendirle homenaje.»

Después de esta entrevista con el rey, los Magos se pusieron en camino; y fíjense: la estrella que habían visto en el Oriente iba delante de ellos, hasta que se detuvo sobre el lugar donde estaba el niño. ¡Qué alegría más grande: habían visto otra vez la estrella! Al entrar a la casa vieron al niño con María, su madre; se arrodillaron y le adoraron. Abrieron después sus cofres y le ofrecieron sus regalos de oro, incienso y mirra.

Luego se les avisó en sueños que no volvieran donde Herodes, así que regresaron a su país por otro camino.


Por entonces sucedió que unos Magos de oriente se presentaron en Jerusalén preguntando: ¿Dónde está el rey de los judíos recién nacido? Vimos su estrella en el oriente y venimos a rendirle homenaje.

El relato de los Magos de oriente es maravilloso. Cuanto más nos adentramos en él, mayor es el asombro ante la grandiosidad de su contenido. Como dice el Papa Francisco, la experiencia de los Magos nos exhorta a no conformarnos con la mediocridad, a no ir tirando, a escrutar con pasión el gran misterio de la vida. Nos enseña también a no escandalizarnos de la pequeñez y de la pobreza, sino a reconocer la majestad de la humildad y saber arrodillarnos frente a ella.

Epifanía significa manifestación. Es la fiesta de la universalidad de la salvación, hasta ahora ofrecida solamente al pueblo judío. Los Magos nos representan a todos. Ellos son fuente de inspiración. Como ellos, ofrecemos al Señor el oro: proclamamos que Él es el tesoro de nuestra vida. Le ofrecemos el incienso: hacemos nuestras las palabras de Moisés: Al Señor, tu Dios, adorarás y a Él solo servirás (Dt 6, 13). Le ofrecemos la mirra con la que se ungían los cuerpos malheridos: intercedemos por toda la doliente y menesterosa humanidad.

Los Magos nos invitan primero a permanecer atentos a los signos de Dios. Nos invitan a no vivir instalados, a vivir siempre dispuestos a ponernos en camino siguiendo la estrella que hemos visto. Nos invitan a perseverar en medio de las dificultades que encontramos en el camino. ¡Son tantos los que viven totalmente ajenos a las estrellas! Podrían apartarnos del camino al considerarnos gente rara. Pero cuando, finalmente, encontramos al Niño con su madre, emprendemos otro camino porque hemos sido transformados. La vida es otra. Lo vemos y vivimos todo de otra manera. Las palabras de la primera lectura se han hecho realidad: Levántate, que llega tu luz; la gloria del Señor amanece sobre ti. Tu corazón se asombrará, se ensanchará.


Parroquia de Nuestra Señora del Carmen y Santa Teresa. 

Santander, Cantabria. España. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario